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El viaje del pesebre de la iglesia de la Beata Virgen del Rosario en Villadossola

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  • "Nomadismos"
  • Número 11 - 1 de julio de 2019
Michele Mandaglio
  • Michele Mandaglio

El curso de Restauración y conservación de bienes culturales del IED ComoAcademia de Bellas Artes Aldo Galli supone una verdadera puerta orientada hacia la historia para los estudiantes. Dentro de este curso, se está llevando a cabo en los últimos meses la restauración del famoso Pesebre de la Noga.

Desde marzo, el departamento de Restauración del perfil 2 (Construcciones cromáticas sobre base leñosa y textil) se está ocupando de la restauración del pesebre de madera policromada de la iglesia de la Beata Virgen del Rosario de Villadossola. Se están ocupando del proyecto la restauradora y docente Milena Monti, asistida por la estudiante de grado Beatrice Beretta.

Ya que no se cuenta con mucha información histórica sobre este pesebre, la asociación cultural ossolana Villarte ha encargado una serie de investigaciones en profundidad. Los resultados han sacado a la luz que procede del centro mercantil de Núremberg: el lugar de producción sería la localidad manufacturera de Berchtesgaden, en la Baviera meridional, una zona católica fuertemente ligada a la tradición del pesebre.

La fecha de fabricación del pesebre sigue siendo controvertida. Pero la iglesia cuenta con dos estatuillas de factura rústica, cuya producción es local, fechadas en el siglo XVII o, como muy tarde, a principios del siglo XVIII, lo que demuestra la presencia de un conjunto de pesebres más antiguo que el actual. Por lo tanto, es razonable pensar que un pesebre de factura noble en sus líneas, en el estilo y en la policromía, haya sustituido al precedente, de dimensiones más pequeñas y consumido tras más de cien años de uso. El pesebre más antiguo, además, exhibía sujetos estrechamente vinculados al mundo local y, por ello, con una fácil conexión a una cultura pequeña y cerrada, en la que personajes enfermos de gota, con cuerpos deformes y vestidos con ajados indumentos populares se esculpían tosca y aproximativamente. El sucesivo pesebre, por su parte, resultaba más apropiado al decoro de la iglesia, sede parroquial en aquel momento de toda la circunscripción eclesiástica de Villadossola. Cuanto se ha dicho hasta ahora permite fechar el actual pesebre a principios del siglo XIX.

El Pesebre de la Noga es una auténtica representación teatral que cobra vida dentro de la capilla de la iglesia. La originalidad de la obra, compuesta por 72 estatuas de madera tallada y cromada, reside en la naturalidad de las mismas estatuas, pensadas y realizadas como marionetas articuladas. De hecho, gracias a las juntas móviles, las estatuas pueden asumir posiciones muy diferentes, interpretando como auténticos actores el papel que se les ha asignado. El mecanismo que permite que las estatuas muevan las articulaciones es una junta flexible o, en algunos casos, una junta esférica, posicionada a la altura de las articulaciones corporales. Las partes que las componen se unen con un eje de madera que permite el movimiento en varias direcciones.

Los rostros de los personajes proponen de nuevo los rasgos característicos de las poblaciones del norte de Europa, con fisonomías de intensa expresividad al límite de lo grotesco; los severos rasgos masculinos contrastan con las graciosas líneas de los personajes femeninos, más suaves y armoniosas. Una atenta observación del pesebre muestra cómo los sujetos vinculados a la Natividad están vestidos con trajes en el estilo de la primera época cristiana, mientras las figuras “profanas” del acompañamiento, como los pastores, los habitantes del lugar y los asistentes del cortejo de los Reyes Magos, se visten conforme a las costumbres contemporáneas a la ejecución de la obra. Se nota también que los trajes que cubren a los personajes vinculados a la historia de Jesús son de factura más preciosa respecto a los populares. Algunos de los vestidos de los personajes más humildes se han sustituido recientemente ya que estaban notablemente degradados. Los vestidos estaban cosidos directamente sobre el cuerpo de las marionetas, para que no se pudieran quitar. Solamente una cuidadosa retirada de la costura, situada en la parte posterior de las estatuas, permite desnudar fácilmente a los personajes.

Desvistiendo en parte a las figuras y examinando la estructura, se nota que no toda la madera que las constituye está pintada, sino solamente la de las porciones no cubiertas por los vestidos, como el rostro y las extremidades superiores e inferiores. Así, solo estas cuentan con una capa de preparación en yeso y cola sobre la que se apoya la pátina pictórica, también barnizada. Todo cuanto se ha dicho no se aplica a los caballos y al camello que, a pesar de la cobertura con tela que reviste su dorso, presentan una capa de preparación en toda su superficie.

Las figuras pueden mantenerse en posición vertical gracias a un basamento de madera pintada al que se fijan los pies mediante tornillos metálicos. También los animales cuentan con un basamento, en particular el caballo blanco en posa rampante del Rey Mago Gaspar se mantiene sobre las patas posteriores gracias a un eje metálico apoyado sobre el vientre. Es evidente que la realización de los basamentos resulta menos cuidadosa respecto a los de las estatuas, y la causa es una inadecuada modalidad expositiva. La representación original, de hecho, preveía el posicionamiento del musgo en cada basamento. De esta forma, la base de apoyo se escondía de la vista del observador pero, al mismo tiempo, adquiría humedad por el agua contenida en la planta; la elevada aportación de humedad ha dañado irreversiblemente la madera, hasta el punto de comprometer la funcionalidad.

A partir de esta descripción se puede deducir la complejidad de la restauración en curso. La madera, los tejidos y las pequeñas juntas metálicas que constituyen las estatuas no presentan un estado de conservación óptimo. Son evidentes los daños estructurales que afectan a prácticamente la totalidad de las estatuas. Para que las manufacturas recuperen un buen estado de conservación, las restauradoras han partido de algunas intervenciones conservativas.

La restauración se divide en dos partes: los primeros personajes, los Reyes Magos y los caballos, se entregarán antes del 1 de diciembre de 2019, mientras que los restantes se restaurarán sucesivamente.

Autor: Michele Mandaglio