Interacción. Apostamos por un planteamiento didáctico donde el protagonismo está en lo que se aprende y no tanto en lo que se enseña, donde el hilo conductor está en las actividades, en lo que los estudiantes generan, en la interacción y la comunicación, en todo lo que acontece, y no tanto en el contenido (aunque, como hemos señalado, este aspecto también se cuida de manera distintiva). En este sentido, los roles juegan un papel muy importante, porque a través de ellos podemos modelar las relaciones, las interacciones y la experiencia didáctica, dotando al estudiante de una mayor responsabilidad, desarrollando un papel más activo en su aprendizaje y relevante en un contexto de grupo. Y esto nos permite establecer unas relaciones más horizontales entre los roles visibles de la experiencia didáctica, ampliando los horizontes de esta hacia un modelo de comunidad de aprendizaje.
La interacción está dotada de diferentes canales dependiendo de la finalidad. Estos canales pueden ser síncronos o en tiempo real, para impartir clases magistrales, tutorías, etc.; o asíncronos, como un foro, un chat, mensajería privada. Los canales de interacción se ven modelados por los diferentes usos; por ejemplo, un foro puede servir para organizar, para realizar consultas, para romper el hielo, para debatir, compartir una investigación, para poner en común proyectos, para construir conocimiento, para valorar, etc.
Ecosistema. Generar un ecosistema para el aprendizaje rico y heterogéneo no consiste solo en facilitar al estudiante herramientas para acceder a un aprendizaje continuo y ubicuo, habilitando metodologías muy variadas y favoreciendo diferentes estilos de aprendizaje. Además, permite dotar al alumno de una identidad digital, fomentando el desarrollo de las competencias digitales mientras hace posible incrementar su currículum a través de la activación de un portfolio digital como parte de su proyecto y más allá de la temporalidad del curso. La disposición de un ecosistema que va más allá del contexto del propio curso, responsive para cualquier soporte, habilita la formación integral del individuo, ya que suministra al alumno procesos, hábitos y herramientas que le acompañarán en toda su carrera profesional.
Todo ello está orientado a activar el desarrollo de competencias tales como conocer, investigar, producir, colaborar, compartir, conectar y gestionar. Esto legitima y conecta con el modelo teórico IED, basado en los tres pilares PENSAR, CONSTRUIR y COMUNICAR, al mismo tiempo que favorece un proceso de investigación. El resultado es un conocimiento nuevo, transformado y proyectado.