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Editorial

  • IEDentity
  • "Around the World"
  • Número 07 - 15 de noviembre de 2018
IEDentity Magazine
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Festivales de diseño, mesas redondas, exposiciones, conferencias… los eventos culturales son escenarios de interacción que nos sirven para ampliar no solo nuestros horizontes de conocimiento sino también los que se refieren al espacio físico. Un grupo como el IED vive de la relación con su ambiente inmediato, pero también de uno de sus valores diferenciales: la internacionalidad que aporta ser un network con sedes en Italia, España y Brasil, con alumnos cuya identidad excede los 100 países de origen.

Si asumimos esta realidad, ¿por qué poner límites? Milán, Florencia, Korea o México son solamente algunos de los lugares donde el IED ha creado diferentes actividades culturales con distintas instituciones y siempre con un carácter experimental y abiertamente creativo. Por ello mismo, podríamos preguntarnos por qué un arquitecto español no va a trabajar simultáneamente con un desarrollador japonés y una diseñadora de interiores italiana para dar respuesta a un problema concreto de urbanismo en Madrid, México o Perú. Experiencias como los DesignNet o los proyectos especiales llevados a cabo en numerosas ciudades del orbe demuestran que la verdadera riqueza del diseño sale a flote en entornos colaborativos, interdisciplinares e internacionales.

Una escuela debe ser un lugar de encuentro entre diferentes formas de hacer, de saber y de vivir, un lugar que fomente estos intercambios y que a partir de estos pueda crear conocimiento. Ser generadores de cultura permite seguir un camino emprendido hace tiempo y cuya vocación se plantea el horizonte de convertirnos en un referente en investigación y cultura del proyecto.

Publicaciones, eventos, colaboraciones con instituciones y empresas internacionales, experiencia y experimentación: esta es la fórmula magistral que dará visibilidad a nuestra escuela y cuyo espíritu alimenta esta misma publicación, yendo más allá de un proceder meramente instrumental para cultivar una formación donde las actividades culturales sean una herramienta fundamental, debiendo pensar todos constantemente las cambiantes dimensiones sociales y profesionales del universo del diseño.

Para ello hacemos del planeta nuestra casa y lo compartimos con todos aquellos que llegan desde sus más diversos rincones. Nuestro único límite es el mundo por proyectar; y precisamente nos encontramos en su frontera. Como decían Deleuze y Guattari: “no se está en el mundo, se deviene con el mundo, se deviene contemplándolo” y nosotros tenemos un mirador excelente para hacerlo.