Una línea de pensamiento que ratifican referentes como Sara Maino, subdirectora de Vogue Italia, que lleva más de veinte años dando soporte, valor y atención a los nuevos talentos de todo el mundo con un programa especial y una publicación, Vogue Talents, suplemento de la revista principal. Ella descubre, encauza y refuerza carreras incipientes.
“Trabajo desde lo que considero más importante, la base de un diseñador es que posea un mensaje que transmitir, una declaración de intenciones. Que sea muy fuerte en su ADN. Nunca digo que descubro a diseñadores. Yo los encuentro y les pongo bajo los focos en el momento adecuado. Vogue Talents es una rara avis en el Grupo Condé Nast, una cruzada firme y personal que se ha convertido en un compromiso de vida. Todo parte de mi fascinación por las energías de las nuevas generaciones. Viajo por todo el mundo y veo a diseñadores apasionados que creen en el sueño. Se trata de reafirmarles”, me comentaba con el entusiasmo que le caracteriza, en un reciente viaje a Madrid.
Una forma de ver y trabajar que ayuda a dar significado a los “modas y modos como una vía de representar y representarse” –como decía el experto en diseño, arquitectura y arte contemporáneo Gillo Dorfles– en la actualidad.
En un sentido amplio, la moda como fenómeno social global está cimentada en la sucesión infinita –como un juego de espejos del arte kinético de los años 70– de superposiciones de corrientes y tendencias que coexisten e influyen en las personas y en entornos específicos a todos los niveles, sociales culturales y económicos.
Desde una institución como el IED Madrid premiar e impulsar el talento se ha convertido en uno de nuestros proyectos anuales más firmes. IED DESIGN AWARDS es un premio joven porque lleva tan solo tres ediciones, aún se está posicionando, está buscando su lugar entre los premios nacionales e internacionales.