En este punto volvemos a evaluar la complejidad de los pasos futuros: el consumidor es crítico con los sistemas productivos de impacto medioambiental, el sector necesita fijarse en modelos de negocio basados en la economía circular, intentando lanzar menos producto y reutilizando materia ya existente, pero el ritmo de consumo no debe decaer. Compatibilizar estos factores implica la creación de nuevas dinámicas, y tal vez desafíos que tengan que ver con un nuevo planteamiento del consumo de moda.
Los jóvenes diseñadores tienen mucho que decir en este aspecto, pues ellos pueden optar por modelos menos ambiciosos, pero socialmente responsables. Julia Weems observa que “las oportunidades para un joven diseñador pasan por crear una firma pequeña, con una pequeña producción y promoción online, con esto puedes acceder a todo el mundo, algo que antes no era posible. Se puede sobrevivir de manera viable con una pequeña producción”.
El desarrollo tecnológico será una pieza clave dentro del futuro de la moda, el acceso creciente a la tecnología 3D podría aportar una alternativa a la deslocalización de la producción. El citado desarrollo unido al creciente auge de la artesanía serían dos de los puntos claves para dibujar un futuro que podría incluso contemplar nuevas líneas de negocio como el lujo ético. El proyecto Las Manuelas, creado por Isabel Berz, directora de IED REC, sería un clarísimo ejemplo de este tipo de organización, generando producto de lujo fabricado en condiciones socialmente responsables y con materias primas sostenibles.
Alberico Guerzoni lo expresa claramente: “el futuro de la moda se deberá basar en dos aspectos: la investigación, que deberá ser tecnológica y conceptual, y la artesanía. Una bellísima publicación de Stefano Miceli, Futuro artigiano, explica precisamente cómo el futuro es artesano, no en el sentido de redescubrir antiguos procesos artesanos, sino en el de potenciar el desarrollo de la artesanía como pensamiento concreto de construcción; una construcción que debe considerar la artesanía tradicional, la alta artesanía y la sostenibilidad para pasar a pactos concretos”.
Como conclusión final y haciendo un pronóstico sin duda deseable, Yamê Reis sentencia: “en el futuro existe una oportunidad para que la moda se convierta en un agente de transformación social y una industria creativa y regeneradora para todas las ciudades”. Esperemos que esta sea la deriva que cuestione el papel de una industria llena de posibilidades para obrar cambios en la organización social y que, amparándose en la sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental, logremos modelos alternativos e integradores. El futuro ya está aquí y toda la comunidad IEDentity va a formar parte activa de él.
Autora: Rosa Moreno Laorga
Testimonios de Isabel Berz, Elena Fiorani, Sara Maino: La luna è una lampadina
Foto: Demis Crudeli y Giulia Torra