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Digital Design Gatherings

  • IEDentity
  • "Phygital"
  • Número 04 - 11 de junio de 2018
Pedro Medina y Javier Maseda
  • Pedro Medina y Javier Maseda

Entre las nuevas iniciativas creadas en el IED para mirar al futuro, descubrimos ahora el Digital Design Lab que, junto a IEDentity magazine, pretende rastrear varias tendencias. Su primera experiencia conjunta se centra en los festivales de cultura digital; encuentros multitudinarios en los que el propio IED ha participado en varias ocasiones. En efecto, nuestra primera parada fue Milán, con motivo de la Milano Digital Week, donde el IED Milano ha participado con numerosos eventos.

Dentro de la Milano Digital Week, uno de los encuentros más llamativos fue la tercera edición del Digital Design Days, el evento internacional dedicado al diseño digital, la innovación, las últimas tecnologías y la creatividad. Las referencias que nos trajimos de Milán son numerosas, pero también las preguntas; la fundamental: ¿qué nos aportan estos festivales offline en un mundo online?

1 Digital Design Days

El DDD de Milán este año ha ofrecido un importante cartel internacional de figuras de primer nivel, que podemos dividir en: rock stars y profesionales consagrados.

Entre los rock stars estaban el Johnny Rotten del diseño gráfico, el que cambió para siempre la forma de diseñar: David Carson, toda una leyenda, que ya merecería el viaje, por su importancia histórica y para constatar que en diseño, a pesar de las modas, estos profesionales siempre seguirán siendo importantes. También estaba Joshua Davis, irreconocible, más punk y gamberro que nunca, elevando el diseño digital a una nueva dimensión y adaptándolo a los nuevos tiempos; si cuando empezó, su “herramienta” era el Flash, ahora es Processing, una aplicación y un lenguaje que permite programar de forma sencilla animaciones reactivas al sonido y la imagen. Davis cerró el DDD con una serie de animaciones espectaculares.

Entre los profesionales consagrados, nos sorprendió gente como Anrick Bregman, AR/VR Director, UNIT9 con una propuesta innovadora sobre el uso de VR, donde la neurociencia tiene un papel esencial y donde la herramienta está al servicio de la idea y no al revés. También Active Theory, un joven estudio de Venice (CA), que sorprende por su investigación sobre las nuevas tecnologías web, como Web VR, progressive apps, etc. y, por supuesto, Party (Tokio), que mezclan storytelling y tecnología; visita su web y tendrás una sorpresa tras otra.

Vale la pena visitar este evento por la calidad de los conferenciantes, pero deben trabajar más la parte de networking y traer a alguien capaz de analizar e interpretar bien qué está ocurriendo, explicar más procesos y no tanto enseñar producto.

2 Un mundo de festivales

Otro fundamental es el Web Summit de Lisboa. Este festival destaca por sus 80.000 asistentes y por ser el más importante de web en el mundo; siendo así, cabe destacar negativamente la ausencia de representantes italianos y españoles (ahí dejo eso). El idioma oficial es el inglés y la mayoría de los asistentes son del norte de Europa y de Europa del este, la calidad y la cantidad de los ponentes es inigualable, lo mismo que la variedad de los temas tratados, ya que no es solo web y tecnología, también todo lo que lo rodea. De ahí que podamos encontrar muchas conferencias interesantes, tratando temas no en profundidad, pero sí de una manera que te incita a investigar.

Sin duda, es una de las que más conocimiento ofrece, y de ella se deben destacar sus mesas redondas, con los ponentes discutiendo de los temas de actualidad, divididos en 23 temas, algunos de los cuales nada usuales: Full Stk, Growth Summit, Talk Robot, binate io… Aunque aquí el plato fuerte es el networking, desde el pub crawl del primer día hasta las innumerables fiestas; de hecho, todo está diseñado para que conozcas gente y hagas negocios.

Después de este pequeño análisis de estos dos festivales, podríamos seguir hablando de SXSW en Austin, Tech in Asia… pero por el momento es suficiente para pasar a una valoración sobre lo que les falta y que podría marcar la diferencia.

3 ¿Por qué siguen siendo relevantes estos eventos?

Al margen de la fascinación que despiertan muchos de los popes de la cultura visual digital, el acontecimiento nos llevó a la siguiente reflexión: es indudable la proliferación de estos eventos por la geografía mundial en los últimos años y su potencial multiplicación, pero resulta extraño en un momento dominado por el auge de Internet, que en un principio debería acabar con este tipo de reuniones, ya que la mayoría de participantes y novedades presentadas se pueden ver online. De hecho, los OFFF (Online-flash-film-festival) -marca que este año ha acompañado a los Digital Design Days-, nacieron y proliferaron en un momento en el que muchas de estas piezas no podían verse y compartirse con calidad en la Red.

Varios elementos pueden justificar el enorme desembolso económico que conlleva ir a estos eventos y que sea un formato pensado más para la idolatría que para el intercambio de ideas, ya que estos festivales no suelen permitir las preguntas del público durante las conferencias. Diríamos que son los festivales de los frikis y en vez de estrellas de la música electrónica o del rock, tenemos las estrellas de Internet.

En cualquier caso, cabe destacar -como ya hemos comentado- que incluso si prácticamente todo lo ofrecido puede ser visto online (muchas veces los ponentes repiten conferencias que se pueden ver previamente en Youtube), estos festivales son lugares de peregrinación de los adeptos digitales, a los que acuden religiosamente cada año, a pesar del precio de las entradas (entre 300 y 1200 €).

Entonces, ¿qué nos lleva a asistir a estos macroeventos? En primer lugar, el salir de casa y mezclarte con otra gente, el networking es una parte importante de estos eventos, el Web Summit es networking 100%, el Digital Design Days mucho menos, y es algo que necesitan mejorar, y el SXSW digamos que es todo business mezclado con espectáculo. Si se acude a la mayoría de las apps de estas webs, todas tienen un apartado networking, donde vienen todos los participantes, con quienes puedes comunicarte dentro de la app, hacer reuniones, etc.

Por otra parte, estos eventos actúan como catalizadores de tendencias, no como creadores, su principal función es representar en sus conferencias las palabras de moda de ese año, ya sea Blockchain, IoT, VR/AR y ahora XR… Por tanto, siempre hallarás un par de conferencias sobre estos temas, fundamental para atraer a una manada de tekis seducidos por las palabras gancho.

También son curators (o editores de contenidos) de lo que ocurre en Internet, es decir, necesitan seleccionar los mejores ponentes y los mejores temas a ofrecer, traer a la mejor gente posible para poder justificar el alto precio de las entradas, por lo que la calidad del evento suele ser siempre bastante elevada, aunque conviene investigar antes, ya que son muchos y no todos del mismo nivel.

4 Reflexiones finales

Todo esto nos explica el porqué de esa afluencia masiva, pero ello no evita que nos planteemos algunas preguntas respecto a la viabilidad e interés de estos eventos: ¿Por qué son todos tan similares? ¿Por qué falta pensamiento y reflexión en favor del espectáculo, consumo rápido y cantidad de nombres?

Asimismo, el formato de clase magistral no es algo que parezca acorde a los tiempos, ni para una conferencia ni para el mundo de la educación, donde el project learning y el active learning marcan el devenir pedagógico. ¿Por qué no hacer lo mismo en estos eventos y volverlos más participativos?, sobre todo teniendo en cuenta que los asistentes generalmente son profesionales y estudiantes de buen nivel.

Por otra parte, también es fácil prever un efecto disruptivo cuando nuevas tecnologías como VR, AR y XR, se hagan más populares, de forma que podamos asistir a un SXSW sin tener que desplazarnos a Austin. Si esto se hace bien y se añade una capa de social networking, sin duda estaríamos ante el evento del futuro, uno donde asistir no sea ya un privilegio que solo se pueden permitir unos cuantos.

En definitiva, nuestras dudas podrían llevar a un nuevo tipo de formato, que sería significativamente diferente si aporta menos showcase y más intercambio de conocimiento, especialmente si esto supone teoría e interpretación de los fenómenos actuales. Porque este mundo líquido en el que vivimos necesitará su propio continente acorde a los tiempos, capaz de captar con lucidez la velocidad de los cambios y la multiplicidad de sus voces. Solamente así se podrá desvelar un ámbito nuevo de realidad.

Autores: Javier Maseda y Pedro Medina