La evolución sufrida en los últimos años por el curso de Estilismo de Moda del IED Moda Milán refleja bien la tendencia hacia la flexibilidad y la fluidez presentes en la enseñanza y la formación: fundir lo que está separado, acercar lo que está lejano, mezclar todos los ingredientes a disposición. Un proceso natural para las últimas generaciones, que no necesitan esfuerzos particulares.
La reflexión sobre el saber ha narrado con distintos matices de significado una actitud innata en el hombre, transformada en urgencia allí donde el ser humano se encuentre debatiéndose con la más antigua y dura tarea que se le haya encargado, es decir, la comprensión de lo que le rodea, tanto en un mundo visible como invisible. Esta tendencia, podríamos llamarla inquietud, se manifiesta desde el origen de los tiempos como un latido instintivo para aprovechar intercambios, ósmosis, proximidad entre distintas formas de saber y así trascender los confines entre las llamadas "disciplinas", que también nos han ayudado a frenar el caos en el que desde siempre nos sentimos inmersos para darle un orden, o una presunción de tal. Pero las secuencias ordenadas y los capítulos en sucesión nos dejan insatisfechos: a veces, para comprender el flujo de lo real, es mejor dejarnos transportar y atravesar sin filtros campos del saber distantes entre ellos, convirtiéndonos en espectadores (mejor si somos conscientes) de este mágico diálogo entre cosas, pensamientos, teorías y prácticas de universos que parecen licuarse unos en otros.