Vivimos y desarrollamos nuestra labor en el mundo del diseño, la innovación es actualmente un imperativo y prácticamente una nueva religión que desde los “laboratorios de ideas” se persigue con no pocas dificultades.
Innovar es una necesidad y esto implica crear modelos diferentes, aunque conlleve la obsolescencia de bases que hasta hoy parecían inquebrantables. La división de los saberes y disciplinas en compartimentos estancos, fruto de la sociedad industrial, supone un claro límite que eliminamos gracias a la hibridación y la transversalidad propias de la sociedad del conocimiento. Y es precisamente en este proceso abierto y sin prejuicios donde tantas veces nace la novedad, que permite no solo ser profesionales de nuestro tiempo, sino también adelantarnos a él.
La formación también es sacudida por las modas, cambia el mundo que nos rodea, sus paradigmas y la manera de entender la enseñanza. Actualmente, en los tiempos del “Learning by Doing”, desde el IED damos un paso más en nuestra filosofía y mantenemos que se aprende haciendo, pero siempre pensando en primer lugar. Si proyectamos con ideas, nuestro compromiso es trabajarlas a fondo fomentando el pensamiento analítico, la filosofía y la conceptualización del diseño.
En efecto, estamos llamados a “diseñar” el papel del diseñador, para lo que debemos ser conscientes de una situación: nuestros alumnos están llamados a protagonizar un momento vertiginoso y privilegiado, donde ya no hay géneros y tampoco fronteras a la hora de imaginar, crear, conquistar, crecer…
La apuesta por la formación holista nos ofrece una nueva identidad para el diseñador que se aleja de la especialización para abarcar todos los campos en los que el diseño puede ser útil y necesario: es fotógrafo, narrador, artesano, pensador, artista, programador, organizador de eventos, creador de experiencias… en definitiva, el encargado de definir y proyectar esa nueva realidad en la que creemos y que está en construcción.
IEDentity es una publicación que se nutre de esta idea: no hay disciplinas formales ni límites a la hora de aplicar y compartir el conocimiento generado. Desde nuestras sedes potenciamos la transversalidad, concepto que se refuerza ahora gracias a este instrumento de comunicación que pretender generar nuevas dinámicas de colaboración y, con ello, nuevos proyectos y relaciones.
En este número queremos precisamente homenajear a una figura clave para entender esta manera de abordar el diseño desde la reflexión y la atención a los nuevos fenómenos de nuestra sociedad: el maestro Gillo Dorfles, que nos deja un generoso legado y el placer de haber compartido estrechamente con él muchas experiencias en nuestra escuela.