Una pregunta nos asalta con frecuencia: ¿cuáles son los desafíos del futuro y cuáles las vías para construir nuevas oportunidades de desarrollo? Para poder responder a esta cuestión, el IED debe interrogarse y participar en los actuales procesos de innovación en los sectores de educación y de conocimiento. Y sobre todo, debe enfatizar su dimensión de network como verdadero valor diferencial.
Para que este objetivo se convierta en algo real, así como para aprender a trabajar juntos en un contexto de red, el primer postulado es comenzar a conocernos mejor y compartir de manera estructurada el capital científico, las reflexiones sobre la cultura del proyecto y las experiencias que se generan diariamente en el IED.
Con este espíritu nace IEDENTITY, un proyecto de comunicación que implica a todas las sedes del IED para compartir las actividades, proyectos e iniciativas llevadas a cabo en su seno, haciendo visibles los eventos principales que se realizan en cada ciudad y qué ocurre en los alrededores de las sedes, con el fin de reforzar el sentimiento de comunidad y favorecer la interacción entre todos los miembros del staff del Grupo IED.
De esta manera, todas las sedes aportan, en su pluralidad, diversas culturas y experiencias fuertes en su contexto local. El saber creado en cada lugar hará crecer el conocimiento gracias al hecho de compartirlo.
Esto lo hizo evidente la exposición por los 50 años del IED, un iluminante momento de celebración de un modo de hacer visionario que ha tenido siempre en su centro al fundador de esta institución: Francesco Morelli, a quien queremos homenajear en este primer número.
En efecto, respondemos a la pregunta inicial gracias a dos textos presentes en el catálogo de “La luna è una lampadina” de la mano de Francisco Jarauta y Marco Zanini, completados con los testimonios del nuevo miembro del Comité Científico, Luca De Biase, y del primer director que comparte en IEDENTITY metodologías que pueden ser valiosas para todo el IED: Alessandro Manetti.
Sin duda, describir el futuro es siempre una tarea utópica, el trazo de un nuevo horizonte, que nuestra comunidad probablemente agradecerá, porque cada proyección de futuro sirve siempre para desvelar los deseos del presente y para hacer posible un mundo mejor, porque sabemos –como decía Peter Drucker– que “el mejor modo de predecir el futuro es crearlo”.
Riccardo Marzullo
Administrador Delegado del IED